por Godloves.me | 22. diciembre 2024
José, descendiente directo del rey David, era un buen carpintero. Estaba comprometido con María y no mantenía relaciones sexuales con ella. Se fue a vivir con su pariente durante tres meses. A su regreso, José descubrió que estaba embarazada.
Alguien contó la siguiente experiencia.
Estaba paseando por el bosque con mi nieto. Encontramos un hormiguero que alguien había destrozado. Mi nieto me propuso algo: «Abuelo, ven, vamos a ayudar a las hormigas a recomponer su hormiguero». Sonriendo, le contesté: «Somos demasiado grandes. Para poder ayudar a las hormigas, tendríamos que hacernos tan pequeños como ellas».
Este incidente es una ilustración perfecta de cómo Jesús se hizo pequeño para venir a nosotros, los seres humanos. Él quería salvarnos, pero para ello tuvo que descender hasta nosotros y convertirse en uno de los nuestros. A diferencia de los seres humanos, las hormigas pueden restaurar su hormiguero por sus propios medios. Pero nosotros necesitamos a Jesús para restaurar la relación con Dios. Con el nacimiento de Jesús, la salvación de Dios entró en el mundo. Por eso Dios concibió la Navidad.
¿Te gustaría que Dios recompusiera tu vida?
Y, al manifestarse como hombre,
se humilló a sí mismo
y se hizo obediente hasta la muerte,
¡y muerte de cruz!
Filipenses 2:8
Texto de la semana: Filipenses 2:5–11
por Godloves.me | 15. diciembre 2024
José, descendiente directo del rey David, era un buen carpintero. Estaba comprometido con María y no mantenía relaciones sexuales con ella. Se fue a vivir con su pariente durante tres meses. A su regreso, José descubrió que estaba embarazada.
A pesar de la «vergüenza», quiso evitarle a María la pena de muerte. Se propuso dejarla en secreto. Entonces se le apareció un ángel y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1:20b–21).
José demostró ser valiente y fuerte. ¡Qué maravilloso ejemplo! Puso toda su confianza en Dios. En lugar de pensar en sí mismo y en sus proyectos personales, se ocupó de María y del niño que había de nacer. Qué admirable obediencia a Dios.
¿Qué puedes aprender de José?
José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa.
Mateo 1:20b
Texto de la semana: Mateo 1:18–25
por Godloves.me | 8. diciembre 2024
Hace justo seis años, una muerte marcó mi familia y fue para mí uno de los periodos más difíciles de nuestras vidas. En un momento, nuestras vidas dieron un vuelco total. Conmoción, miedo, ira y tristeza. Nos inundó un torrente de las más variadas y devastadoras emociones.
No recuerdo exactamente ciertos detalles. En una situación así, lo único que puedes hacer es mantenerte funcionando, al principio. Fue un terrible terremoto que amenazó con destruir mi vida. Sentía como si el suelo se hundiera bajo mis pies.
Durante esta prueba, el nombre Emmanuel adquirió un significado totalmente nuevo para mí. En medio de este hundimiento, este nombre ha sido un apoyo inquebrantable. «¡Emanuel!». Dios está conmigo. Está a mi lado. Se pone junto a mí bajo esta carga casi insoportable. Él nunca me abandona. ¡Se queda aquí, a mi lado!
¡Esta seguridad es también para ti! Tanto si te encuentras en una situación cómoda como en una difícil, en la alegría o en la tristeza, Dios está a tu lado. Te ofrece su amistad y su apoyo. ¿No es maravilloso?
Pero el Señor, en las alturas, se muestra poderoso: más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más poderoso que los embates del mar.
Salmo 93:4
Texto de la semana: Salmo 93
por Godloves.me | 1. diciembre 2024
Aun sin darte cuenta, ¡te ha visto! Desde ese encuentro, nunca has salido de su mente. Siempre intenta llamar tu atención, de una forma u otra, pero sin éxito. Estás demasiado ocupado contigo mismo y con tu smartphone. Tu círculo de amigos te consume por completo. Es desesperante…
Pura fantasía, dices. En absoluto, él siente por ti amor en estado puro desde que te vio. Ni siquiera habías nacido y él estaba enamorado de ti. Tu Creador nunca te ha quitado los ojos de encima. Sean cuales sean tus circunstancias, él las conoce. Sus buenos pensamientos sobre ti son constantes. Se interesa por todo lo que haces y quiere compartir la vida contigo. Él sufre al ver las consecuencias de tus malas decisiones. Jesús renunció a sus privilegios y se hizo hombre. Te tiende la mano. ¿No lo ves?
Consejo: habla con tu Creador sobre todas tus preguntas, todas tus frustraciones y todas tus alegrías. Déjate tocar por las palabras que Jesús te dirige a través de la Biblia y dale la oportunidad de derramar su amor, su perdón y su paz en tu corazón.
Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido.
Salmo 139:15
Texto de la semana: 1 Juan 4:7–19
por Godloves.me | 24. noviembre 2024
Tuve el privilegio de crecer en una familia cristiana, donde pude ver los efectos de la oración. La empresa de mi padre tenía unos cincuenta empleados que recibían su salario cada mes. Por culpa de la enorme competencia de Extremo Oriente y de la creciente presión de los minoristas, de repente se encontró en números rojos. Mi madre trabajaba en la contabilidad y enseguida se dio cuenta de lo que pasaba. Mis hermanos y yo orábamos todas las noches para que Dios interviniera. Contra todo pronóstico, mi padre recibió una oferta para vender la empresa. Dios respondió así a nuestras plegarias y se evitó la quiebra.
Han pasado 55 años y he experimentado muchos otros milagros con Dios. Hay momentos en los que podemos hablarles a las personas acerca de Dios. Pero en muchos casos, es mejor hablarle a Dios sobre las personas. A menudo nos parece que no ocurre gran cosa en ese momento. Pero Dios escucha nuestra oración ferviente y la responde conforme a su plan, que siempre es para nuestro bien.
¿Tú experimentas lo mismo?
Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.
Mateo 19:14
Texto de la semana: Mateo 19:13–15
por Godloves.me | 17. noviembre 2024
«Oh, ¿qué es eso que veo? Viene alguien». Un padre ve venir a su hijo desde lejos y al instante corre a su encuentro con los brazos abiertos. Antes de que el hijo pueda disculparse, le abraza y le besa: «Padre, he pecado contra el cielo y ante ti. Ya no soy digno de que me llames hijo tuyo».
El hijo admite sinceramente que rechazó y lastimó a su padre. Este es el verdadero arrepentimiento. Al padre no le repugna el estado miserable del hijo, su suciedad ni su hedor. Se alegra de todo corazón por el regreso de su hijo y ordena a sus sirvientes: «Trae el mejor traje de fiesta y vístele; ponle un anillo en la mano y zapatos en los pies». En lugar de reproches, lo que el padre le expresa a su hijo es su amor.
Dios te ama profundamente, tal como eres. No importa tu pasado ni sus inmundicias. ¡Dios te está esperando!
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Juan 3:16
Texto de la semana: Lucas 15:11–32